Ya veis que no todo son malas noticias en el mundo analógico. Hace muy poco nos enteramos que seguiremos disfrutando de las películas Kodak y ayer Fujifilm anunció una nueva cámara instantánea. Se trata de la Instax Mini 90 Neo Classic, una cámara que apuesta a un diseño que poco tiene que ver con el de las generaciones anteriores de este tipo de cámaras y más con las mirrorless de la serie X (Fujifilm X-Pro1, Fujifilm X-E1 y Fujifilm X-M1), que unen apariencia retro y tecnología moderna, lo cual–estéticamente- me parece todo un acierto. Es la primera Fujifilm Instax que no parece un mero trozo de plástico futurista con líneas redondeadas y que retoma un estilo mucho más clásico y elegante con detalles en metal.
Pero no sólo se trata de una cuestión estética, sino que también la firma le ha dado un giro técnico a lo que venía haciendo con este tipo de cámaras. En este sentido, la nueva Instax cuenta con un objetivo de 60 mm frente a la focal de 50 mm usada hasta ahora. También lleva baterías recargables en vez de pilas, la posibilidad de hacer dobles exposiciones y anular el flash (que también presume de mejoras), una velocidad de obturación que alcanza 1/400 de segundo y un modo bulbo para exposiciones prolongadas que permite contrarrestar la apertura fija de f12.
Al igual que los modelos anteriores, la Instax Mini 90 Neo Classic, utiliza película Instax Mini, cuyas dimensiones son 86 mm × 54 mm (de los cuales 62 mm × 46 mm corresponden a la imagen). Y, como cada vez son más los adeptos de este nicho de la fotografía, muchos de vosotros sabréis que la disponibilidad de estos cartuchos y su mejor precio respecto a la película Impossible Project para Polaroid es una de las ventajas con las que juega Fuji. Sin embargo, y de momento, no corráis a la tienda a pedirla: si bien en Japón se comercializará casi de inmediato, no llegará a Europa hasta el próximo año y a un precio que rondará los 200 €, aunque ésa sea sólo una cifra aproximada.